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Evaluaciones
Contribuir a la retroalimentaciónLa Palapa, ubicado en la playa con vistas impresionantes, ofrece una experiencia gastronómica mixta. Mientras algunos comensales elogian la comida y el servicio, otros abogan por una mejor calidad y mantenimiento en general. Destacan los cócteles y la frescura de los platos, pero se critica la demora y la falta de atención a los detalles. A pesar de esto, es un lugar acogedor para disfrutar en familia con reservas recomendadas por su popularidad. En resumen, La Palapa es un destino playero que ofrece una buena experiencia culinaria, pero con áreas de mejora evidentes.
La Palapa es ideal para comer con la familia mientras disfrutas de un día en la playa. ¡Muy buena calidad! Para mí, lo mejor son los calamares a la parrilla (un poco secos con carbón) ¡y las almejas! Y el postre... No olvides pedir la tarta de queso (¡para compartir porque la porción es generosa!). No le doy 5 estrellas porque la administración no impide que los clientes que ingresan caminen entre las mesas sin mascarilla y fumen. Sería genial si el área de las mesas estuviera acordonada de alguna manera para respetar a los clientes que ya están sentados y disfrutando de los deliciosos platos sin mascarilla. Para tener una buena mesa, recomiendo hacer una reserva con un día o dos de antelación.
Maravilloso lugar para comer, tomar café o una bebida justo en la playa. Un trato excepcional, familiar e increíblemente agradable. Todo fresco y de la mejor calidad. ¡Los cócteles... espectaculares! 100% recomendado.
Lo único bueno del lugar es la ubicación y las vistas, para el almuerzo pedimos un pulpo a la parrilla que no estaba duro, pero parecía que estábamos comiendo chicle, luego pedimos solomillo de cerdo con Pedro Ximenez y estaba muy seco ya que era muy fino. Por último, lo mejor fueron las papas fritas, finalmente pedimos un calamar que fue lo único decente. Los baños exteriores estaban llenos de telarañas y suciedad, ya que no habían sido limpiados durante varios días. Por último, todos los camareros comenzaron a comer y les llevó 30 minutos traer la cuenta y solo había 4 mesas y nos trajeron la cuenta de otra mesa. Para tomar algo en las tumbonas o mesas está bien, pero la comida que sirven es cara.
Sitio estupendo en la playa, con fantásticas vistas, para disfrutar del sol y el mar, donde venir todo el año, también en invierno.
La comida muy rica, sin duda, los camareros muy serviciales, por poner una pega el tiempo entre que pides y te sirven la bebida y la comida.