Imágenes
ContribuirReservar ahora
Evaluaciones
Contribuir a la retroalimentaciónUn restaurante encantador, con ambiente familiar y atención excelente. Ofrece platillos caseros y balanceados, así como postres deliciosos. Con precios asequibles y porciones un poco pequeñas, es una opción ideal para disfrutar en familia en un entorno natural y tranquilo. Las recetas tradicionales campesinas, preparadas con amor y servidas en vajilla rústica, hacen de este lugar una joya oculta para los amantes de la buena comida. Un lugar perfecto para escapar del bullicio de la ciudad y disfrutar de una experiencia gastronómica auténtica. Ideal para un almuerzo relajante en contacto con la naturaleza.
Fuimos con toda la familia a celebrar un cumpleaños y conocerlo porque habíamos escuchado que la comida era deliciosa. Como éramos varias personas y llegaríamos por la tarde, llamamos para hacer una reserva y asegurar los platos y el espacio. Al llegar, lo primero que nos dijeron es que ya estaba cerrado y se habían agotado los platos. Al aclarar que teníamos reserva, nos dejaron entrar, buscamos una mesa grande (el lugar es bonito con mesas al aire libre, pero tuvimos que acomodarla nosotros mismos). Después de unos minutos, nos dijeron que debíamos tener paciencia ya que había varias mesas pendientes. Pacientemente esperamos, pero nunca vinieron a nuestra mesa para preguntarnos si necesitábamos algo. Me acerqué a preguntar por las entradas y la respuesta fue NO. Solicité el postre por adelantado y dijeron que pronto vendrían a la mesa para informarnos sobre los postres disponibles... pero nunca aparecieron. Nuevamente fui y me dijeron que el postre que me habían informado ya no estaba disponible. Confirmaron que los platos que habíamos reservado con anticipación de horas estaban demorados y al verificar, descubrimos que no tenían todos los platos. En ningún momento se disculparon y simplemente nos recomendaron otro restaurante cercano, el cual era agradable pero no tenía nada que ver con la comida que buscábamos. En resumen, la reserva no sirvió de nada, el servicio fue incorrecto, son muy desordenados, les falta disponibilidad de platos y postres. Una decepción total.
Al principio eran buenos. Ahora, las veces que vamos, atienden regular. Se demoran demasiado en servir. Poco amables con la atención en la mesa.
El menú es limitado, los precios son económicos, el espacio de las mesas es abierto y la decoración y estilo son un poco rústicos, sencillos y artesanales. Pedí mojarra frita y no resultó ser la mejor elección (extrañamente negra y un poco grasosa, no tan tostada), mientras que mi hijo pidió bandeja paisa y dijo que estaba deliciosa. No hay muchas opciones de bebida, deberían mejorar con más variedad de tamaños y sabores, aunque sea pagando un extra. Vi unos postres de merengue que lucían muy bien. En general, veo mucho potencial en el lugar, tiene su concepto pero le falta sabor y el servicio es un poco desordenado. Mejorando detalles, podrían convertirse en un referente local.
Estuvimos en familia celebrando un cumpleaños y la reunión después de no vernos por pandemia. Excelente la comida, la amabilidad y el servicio. El lugar muy bonito, nos permitió estar en estilo campestre, en un espacio para cada grupo, sin los tumultos de otros sitios. Un restaurante boutique tranquilo, bonito, con buena comida y con excelentes precios. Gracias a los dueños porque se esmeraron en hacer de este día aún más especial para nuestra familia.
Sirven muy poquito la verdad no muy recomendado, el lugar se preseta para mas, mas menú, muy poco para lo que se esperaba