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Contribuir a la retroalimentación Qué le gusta a User de La Cantina De Mario:
La cantina de las buenas reuniones y los platillos tan exquisitos. Es un lugar súper recomendado para comer pescado y mariscos, tortillas de patata, pastas y todo su menú completo. La atención es excelente para los entendidos en gastronomía. Especialmente Sergio que nos trata como si fuéramos de la casa. Ver todas las opiniones.
Realmente excelente. Comimos pastas, recomiendo los malfatti con salsa de cuatro quesos, súper ricos. Ambiente tranquilo, música suave, ideal para ir en familia. Preferentemente reservar, al menos durante fines de semana, bastante concurrido incluso siendo 15:30 pm.
Excelente opción de cantina en la zona de Pilar. Todo muy casero y rico. La atención del personal es muy buena y el lugar y la ambientación muy agradable.
Hace varias semanas que no nos veiamos con Clarisa: las fiestas, calor, trabajo, vacaciones, etc. La respuesta a la reacción en un estado de w.a. fue: ¿Cenamos el viernes?. Si ¿y qué iba a responderle? . Día largo de trabajo, ni idea a donde ir, empecé a buscar no muy lejos para tener más tiempo para poner las lenguas en remojo. Hace no mucho Gise un pequeño saltamontes de las clases de los jueves a las 17 había nombrado La Cantina de Mario y la verdad que no tenia idea donde estaba. Hace más de 20 años esta en el mismo lugar pero por alguna razón nunca fui vivo hace casi 20 años en Pilar, inexplicable . Reservé por las dudas. La idea inicial era Trufa en CasaSur pero ya no quedaban mesas, otro día . Menú en QR. Mesas alejadas. Hay espacio dentro y fuera. Atención no invasiva, ágil y amena de las mozas. Servicio de mesa: panera sin pena ni gloria con cuenquito con manteca. No sabíamos que pedir, leí en voz alta todo el menú y las dos gordas mentales se detuvieron cuando escucharon ajo y camarones. Spaguettis negros: Oliva, ajo, ciboulette, vino blanco, crema y camarones. Fettuccini lebongole: sarteneados con oliva, ajo, anchoas, camarones, mejillones, tomate concasse, albahaca. Ni nosotras ni la moza sabia que plato era para cada quien y decidimos en el momento. Primer bocado, mirarnos, arquear las cejas, cruzar cubiertos, servirle a la otra un bocado, volver a bajar la cabeza y entrarle duro y parejo. ¡Qué rico todo por favor! La sobremesa fue larga porque fue todo disfrute y casi no emitimos palabra hasta que los platos quedaron vacíos. Todo con limonada. Como todavía quedaba tema para hablar compartimos flan casero lleno de burbujitas, liviana, suave y cremoso a la vez. ¡Lugar para volver!
En un momento me sentí en la mismísima Italia. Recomiendo mucho este lugar. Lo que si vayan temprano porque se super llena.
La comida es rica, la porción es abundante y la atención es buena (El tiempo de entrega entre plato y plato es el único punto que yo recomendaría mejorar). Además de las formas de pago tradicionales, también tienen mercado pago.