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Evaluaciones
Contribuir a la retroalimentaciónEl restaurante tiene un menú atractivo y terraza agradable, pero decepciona en cuanto a comida. Los platillos como la sopa de cebolla y la lasaña carecen de sabor. El servicio es lento y la presentación de la carta es deficiente. A pesar de destacar el risotto de camarones y el Tiramisú, los problemas con otros platillos y la falta de calidad en general hacen que no sea un lugar recomendable. La atención al cliente es apreciada, pero no suficiente para compensar las deficiencias. A pesar de tener precios razonables, la calidad de la comida no justifica una visita.
Nuestra estancia en Puebla fue en nuestro lugar para comer pasta y beber Lambrusco. Precios fiables, buena ubicación, buena comida y un servicio muy amable. Un buen lugar para ver en la entrada del centro comercial. Asientos al aire libre cubiertos.
En general, la comida es muy buena, el servicio está por encima del promedio y el proceso de pago es rápido y eficiente. ¡Pide las pastas!
Servicio amable, carta con mala presentación, sin pan adecuado para un restaurante italiano, solamente 5 rebanadas de baguette de panadería con ajonjoli, pedímos una ensalada de mango que estaba muy dulce, mi hija pidió el salmón con risotto y al probarlo comentó: "... hubiera pedido mejor el salmón a la parrilla, no está bueno el risotto". Yo pedí pato y pasé mala tarde, lo devolví por estar reseco y falto de sabor, a mi esposa le gusto la pasta. Para estar en Angelópolis, le falta mucho a éste lugar.
Si vas en domingo tienes que probar la paella, y si te inclinas por lo clásico, una pizza personal con su pan artesanal te hará olvidar las marcas convencionales al degustarlas. Si prefieres las pastas también son elaboradas por ellos mismos. Acompáñala con una copa de vino.
El menú nos pareció atractivo así que decidimos probarlo. Nos sentamos en la terraza, que es bastante agradable. Pedimos la carta de vinos y resulta que los que queríamos no los tenían y el mesero se presentó con una botella que nos recomendaban... En cuanto a la comida, la sopa de cebolla deja mucho que desear. La pasta no está mal pero le ponen mucho aceite. De postre pedimos pastel de chocolate, que sirvieron caliente y no sabía a nada... El servicio, por otro lado, fue bueno. El camarero fue atento en todo momento pero, aún con eso, no pensamos volver a este restaurante.