La Posada - Pamplona

Elegimos este restaurante para una comida de familia. El lugar el típico asador, así que bonito y además huele a brasa nada más entrar lo que indica que se va a comer bien. Elegimos el menú asador donde te ponen una ensalada, txistorra y un revuelto de hongos qué más bien parecía de setas) pero estaba muy rico. Y pedimos un rodaballo a la brasa, estaba rico pero le hacía falta un poco de salsa con los ajitos y estaba demasiado hecho . Y una txuleta que estuvo buena. Tarta de queso de ración demasiado abundante , estaba rica pero le sobraba una galleta María que rompen al lado de la tarta y no tiene ninguna preparación ni aporta nada. El personal muy amable en todo momento.

Sigue siendo un enclave disfrutón con esa terraza junto al río. Cierto que los fines de semana se abarrota de gente y es un poco locura, pero tengo que reconocer que siempre que hemos ido hemos recibido un trato exquisito. Comida de siempre a un precio razonable. No barato, pero tampoco excesivo. Ideal cuando el tiempo acompaña y puedes comer o cenar en la terraza. Nos seguiremos viendo.

Un arroz muy exquisito. Las croquetas, insuperables, el trato de los diez empleados y el ambiente. Sin comentarios. Muy atentos constantemente. Pablo nos sirvió en la mesa con un trato profesional excelente. Estoy seguro de que es muy recomendable.

Amplia terraza, con mesas bastante separadas, muy importante en los tiempos que corren. Éramos 4 adultos y 3 niños. Servicio muy rápido. Los niños pidieron platos infantiles. Los adultos, secreto, costillas y 2 solomillos. Ensalada de entrada con queso y huevos rotos con patatas. Pedimos 4 postres y 2 cafés. 8 cervezas y 3 refrescos. Pan. Precio 171€, carne bien cocida, muy rico el solomillo sobre todo. Hacía frío (enero) y se enfriaba rápidamente. Echo en falta un poco más de variedad en la carta, pero el lugar es especialista en arroces (una gran variedad en la carta).

¡Muy decepcionante! No podía creer que si eliges el "Menú del día", tu mesa NO esté preparada para tu comida, solo aquellos que ordenan "A la Carta" son dirigidos a una mesa con un mantel bonito, platos, cuchillo y tenedor, ¡y vaso para beber! ¡Está claro que los que eligen el "Menú" NO son bienvenidos! ¡La camarera también debería saber que no se trae el segundo plato caliente si todavía estás comiendo el primero! ¡Qué lástima que este lugar haya retrocedido, lástima que no podamos tener el antiguo menú y esos dos camareros maravillosos previos, que estuvieron allí durante muchos años y ofrecieron un gran servicio; también inyectaron diversión y carácter en este lugar! ¡Los nuevos dueños deben pensar qué deben hacer para recuperar a todos los clientes anteriores, para lo que solía ser un lugar maravilloso, un ícono y un lugar maravilloso para comer! ¡Actualmente es un restaurante moribundo que está en soporte vital!