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Contribuir a la retroalimentaciónSolía pensar que los bares en las estaciones de servicio nunca son la mejor opción para comer, conocer a alguien y menos aún para una noche de salida, pero, he aquí, en Félix Canaro rompí toda esa teoría. En el parador, ubicado en la ruta nacional 33 y a pocos metros del cruce con la ruta provincial 14, hay mucho más que los docks. Hay un kiosco, una quiniela, un depósito y tres bares. En el caso de estos últimos, el Félix Canaro es el más concurrido, el más bonito y el que me hizo cambiar de opinión. El lugar tiene una estética moderna, con grandes gafas de sol, luces tipo LED en los carteles, una terraza con deck y mucho de madera en los muebles. Este es el bar elegido por los jóvenes de la ciudad y los pueblos vecinos, por parejas, por grupos de amigos adultos y por algunos viajeros de paso. Los fines de semana, en los primeros años, el bar tenía todo el movimiento. Íbamos a comer, a disfrutar de algo rico y luego la fiesta continuaba porque había un DJ, tocaban las mesas y bailaban hasta el amanecer. Más tarde, debido a diferentes complicaciones, dejaron de hacer eso y se mantuvieron solo como restaurante-pub. ¿La comida? Rompe con lo convencional, el Félix Canaro ofrece albondiguitas, palitos de muzzarella, rabas, mollejas y papas fritas gratinadas. También son muy ricas las pizzas, el pollo Carlitos y platos bien preparados, de esos que no se encuentran en todos lados, menos si estás en un parador de una estación de servicio. No me olvido de resaltar lo más importante: en cuanto a las bebidas, tienen un menú variado con alternativas clásicas, tragos y bebidas tropicales, con helados y riquísimos agregados. Cuántas noches vivimos en Félix, desde celebraciones de Navidad, Año Nuevo, días de amigos, cumpleaños hasta bienvenidas, puuuf de todo. Aunque ahora no lo visitamos tanto porque hay otras opciones, sigue ahí, listo para que lo volvamos a visitar en cualquier momento.
Solía pensar que los bares en las estaciones de servicio nunca eran la mejor opción para comer, para encontrarse con alguien y mucho menos para una noche de diversión. Pero aquí, en Pérez Félix Canaro, se desmoronó toda esa teoría. En la Shell, ubicada en la ruta nacional 33 y a pocos metros del cruce con la ruta provincial 14, hay mucho más que servicios. Hay un kiosco, un lugar de quiniela, un depósito y tres bares. En el caso de estos últimos, Félix Canaro es el más concurrido, el más bonito y el que me hizo cambiar de opinión. El lugar tiene una estética moderna, con grandes gafas de sol, luces tipo LED en los carteles, una terraza con deck y mucho madera en su mobiliario. Este es el bar elegido por los jóvenes de la ciudad y pueblos vecinos, por parejas, grupos de amigos adultos y algunos viajeros de paso. Los fines de semana, en sus primeros años, el bar estaba siempre lleno de movimiento. Íbamos a comer, disfrutar de una buena bebida y luego la fiesta se armaba porque había un DJ, se corrían las mesas y se bailaba hasta el amanecer. Más tarde, debido a diferentes complicaciones, dejaron de hacer eso y se mantuvieron solo como un restaurante-pub. ¿La comida? Rompe esquemas, Félix Canaro ofrece albondiguitas, palitos de muzarella, rabas, mollejas y unas papas fritas ¡enormes! También son muy ricas las pizzas, los carlitos de pollo y sus platos elaborados, esos que no se encuentran en cualquier lugar, menos si es en el predio de una estación de servicio. No puedo olvidar resaltar lo más importante: las bebidas, tienen un menú variado con alternativas clásicas, tragos y bebidas tropicales, con helados y riquísimos agregados. Cuántas noches vivimos en Félix, desde celebraciones navideñas, años nuevos, días del amigo, cumpleaños hasta bienvenidas, puuuf de todo. Aunque ahora no lo visitamos tanto porque hay otras opciones, sigue ahí, listo para que volvamos a disfrutarlo.