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Contribuir a la retroalimentación Qué le gusta a JNB 3 de Casa Xicu:
Sitio asturiano de toda la vida en el que a pesar del paso de los años y sus ampliaciones sigue siendo imprescindible pasar por aquí. Restaurante familiar, con camareros super amables y cercanos. La comida es de otro nivel, las verdinas con pantruque son las mejores que hay, este plato no puede faltar en la mesa. Y para poner la guinda al pastel, hay un motón de caminos muy agradables entre las montañas para bajar la... Ver todas las opiniones.
Probamos los "Verdines con pantruque", una variedad local de judías verdes cocidas con chorizo, morcilla y tocino, estaban buenos. También pedimos "Tortos", una rebanada de pan de maíz frito. Estaban un poco grasientos pero sabrosos. También probamos un trozo de queso Cabrales. El segundo plato fue "Cabrito asado". Estuvo bien, ni excelente ni malo, pero las patatas fritas eran demasiadas para los trozos de cabrito y estaban insípidas, muy blandas y un poco grasientas. El precio no era caro pero tampoco barato... también fue promedio. Fue divertido ver que en la entrada del restaurante había una oveja llamada "Bibi" o "Pipi" actuando como un perro amigable e incluso entró una vez al restaurante. Todos nos reímos. De postre tomamos helado de una pequeña empresa de Llanes. El camarero, que supongo era el hijo del dueño, fue muy amable y correcto.
Durante la semana más calurosa en la memoria de la Unión Europea, incluyendo el norte de España, terminamos en Mestas de Ardisana por una noche (en el Hotel Benzua, que evidentemente solía servir comida pero ya no lo hace, según me dicen. El propietario del hotel sugirió la Casa Xico, así que allí fuimos. Ahora, ten en cuenta, hacía 40-42 grados Celsius, lo que se acerca a los 100 grados Fahrenheit, por lo que fue una experiencia menos que controlada por el clima. La comida, sin embargo, fue un buen acompañamiento del vino, verdinas, varias salchichas y morcilla, y la cocina algo peculiar (digamos original) de Asturias y este rincón del norte de España: a base de maíz, en lugar de trigo o arroz. Y, a pesar de todo, deliciosa. La española de mi esposa no es tan buena como la mía, así que se fue a dar un paseo de regreso al hotel y echarse una siesta (a menos de media milla de distancia), y yo me quedé hablando con los otros clientes del almuerzo, que resultaron ser notables, incluso para un almuerzo de verano afuera en la España rural. Toda la tarde fue para atesorar.
Probamos los “Verdines con pantruque”, una variedad local de judías verdes cocinadas con chorizo, morcilla y bacon, estaban ricos. También pedimos “Tortos”, una rebanada de pan de maíz frito. Estaban un poco grasientos pero sabrosos. También probamos un trozo de queso Cabrales. Como segundo plato, pedimos “Cabrito asado”. Fue bastante promedio, ni genial ni malo, pero las patatas fritas eran demasiadas para los pedazos de cabrito y estaban insípidas, muy blandas y un poco grasientas. El precio no era caro pero tampoco barato... también era promedio. Fue divertido ver que en la puerta del restaurante había una oveja llamada “Bibi” o “Pipi” actuando como un perro amigable e incluso entró una vez dentro del restaurante. Todos nos reímos. De postre, tomamos helado de una pequeña empresa de Llanes. El camarero, que supongo que era el hijo del dueño, fue muy amable y correcto.
Para comer muy bien en un lugar y entorno maravillosos.
Sitio asturiano de toda la vida en el que a pesar del paso de los años y sus ampliaciones sigue siendo imprescindible pasar por aquí. Restaurante familiar, con camareros super amables y cercanos. La comida es de otro nivel, las verdinas con pantruque son las mejores que hay, este plato no puede faltar en la mesa. Y para poner la guinda al pastel, hay un motón de caminos muy agradables entre las montañas para bajar la comida.