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Contribuir a la retroalimentaciónVisitamos Pachacamac por la mañana. Definitivamente valió la pena el viaje, especialmente porque era la única ruina inca fuera de Lima que veríamos durante el viaje. En el regreso a Lima, hicimos una parada en Chorrilos para almorzar en un restaurante llamado Luchita. El edificio masivo de ladrillo rojo, tipo castillo, valía la pena visitar por sí mismo. Casualmente también nos tocó almorzar. El almuerzo es una locura. La mayoría de los norteamericanos lo considerarían una cena. Fue una comida de tres platos con porciones muy generosas. Además, pudimos ver al barman preparar un Pisco Sour y luego disfrutar de su trabajo. La comida estaba muy buena. Comenzamos con un aperitivo de Ceviche. Para el plato principal probé el Chinga (una fusión china peruana) y mi hijo tuvo un delicioso Lomo Saltado. Tengo habilidades básicas de comunicación en español y no tuve problemas para hacer pedidos en restaurantes (solo un dato, muy pocos meseros peruanos hablan inglés). Pero Erica, disponible para explicar las sutilezas del menú, fue invaluable y nos ayudó durante el resto de nuestra semana en Lima. Su orgullo y entusiasmo por la cocina eran contagiosos. Mirando atrás, realmente comenzamos a conectar con Erica al mediodía.
Almorzar en Chorrillos, un distrito histórico y tradicional, donde disfrutamos de un almuerzo en una casa republicana local, que es un hermoso edificio medieval construido en 1875, que sirvió como refugio para las tropas peruanas durante la guerra del Pacífico. Esto explica... los pasadizos subterráneos que conectan con los patios traseros de la casa con los acantilados de Chorrillos. Más tarde, esta propiedad se expandió a 765 metros cuadrados que María había escuchado de la Puga Puga en 1894. La casa original fue convertida en un restaurante y oficialmente declarada un monumento del patrimonio cultural. Los muebles tradicionales siguen presentes y las mesas están bien espaciadas para que todos estén cómodos, como en una reunión familiar numerosa. La terraza ofrece un ambiente muy acogedor y amigable para sentarse afuera y ver a los lugareños pasar. Hay una verja alta tradicional peruana que separa a los transeúntes de la cena. El comedor principal con algunos muebles preciosos en tono rosa era fascinante. En la torre hay un área de comedor rústica totalmente iluminada por todas las ventanas. Elegimos el patio único para ver a los chefs, disfrutar del buen clima y con el gato local para disfrutar de la atención deseada. Las especialidades de Luchita son la Sudada Salvaje, Arroz con Mariscos, Ceviche de Lenguado y platos criollos típicos, como el Huatia de Res, el Seco de Cordero. El Arroz con Mariscos es un arroz con mariscos que se asemeja y tiene el sabor de la paella española. El Huatia de Res es una antigua tradición culinaria, casi olvidada en la ciudad de Perú hasta los años 80, la comida huatia horneada en fosas con piedras calientes - se remontaba al menos a los incas. Era muy delicado y las especias no estaban exageradas. Los cocineros y camareros eran excelentes. Respondieron a todas nuestras preguntas y toleraron a los turistas, las fotos de prácticamente todo. El bar es distintivo y está completamente equipado con bebidas locales y estándar. Sus Pisco Sours eran geniales con o sin las proteínas crudas que el barco de cruceros nos había advertido que no tuviéramos porque la Salmonella serotipo Enteritidis (SE) puede estar en huevos perfectamente normales. Incluso sin los Pisco Sours pudimos disfrutar del clima perfecto y todas las atracciones históricas en el restaurante durante horas. Por supuesto, una visita obligada para los turistas que quieren alejarse de las paradas turísticas convencionales.
En lo que probablemente fue una gran casa privada, con muchas características originales conservadas, ahora se encuentra un buen restaurante de barrio de estilo antiguo. La comida es criolla y peruana, el pescado estaba realmente fresco y perfectamente equilibrado en el ceviche, y las especias justas en el Chupe de Langostinos. El servicio es sencillo y amable, con muchas sonrisas que dan la sensación de que nos ven y nos ayudan a navegar por el menú en español. No es lujoso, pero tampoco lo intenta.
Estaba muy feliz cuando fui a este restaurante, disfrutamos de deliciosas comidas.
Si hay un lugar agradable para compartir lo mejor y lo más rico de la gastronomia peruana, sin duda, está en el backsuramt luchita '