Rokai - Cuauhtémoc

Este restaurante necesita mucho trabajo. ¿Por dónde debería empezar? La mitad del restaurante estaba vacío (cinco mesas disponibles) en un domingo lluvioso y mientras entramos, un camarero (mientras se alejan) simplemente nos dice que no podemos entrar y que tenemos que esperar bajo la lluvia. Estar sentado. Esperamos bajo la lluvia y nadie se nos acerca. Dos empleados están atrás, uno detrás de la barra de sushi y el resto caminando. Nadie reconoce siquiera que todavía estamos esperando. Entramos y nos sentamos ya que nos estamos empapando y aparentemente somos invisibles. Entonces alguien se acerca a nosotros y nos regaña por sentarnos sin mesa asignada. Pido disculpas y pregunto si debemos mover las mesas, el camarero (Alejandro) dice que está bien y que podemos sentarnos ahí, pero sigue caminando. Después de esperar unos 5 minutos nadie se acerca a nosotros. Entonces le pregunto a un empleado que pasa si podemos conseguir menús, los dejan y se van. Me doy cuenta de que no hay ramen en el menú y le pregunto a otro empleado que pasa (teniendo en cuenta que NO ESTÁ ocupado, simplemente no está atento) si podemos pedir ramen o si solo está disponible en el otro lado del restaurante, él dice que no hay problema y que podemos y sigue caminando. Es como si estos tipos nunca se hubieran detenido a hablar con un cliente. Finalmente llamo al camarero original, Alejandro, para que baje nuevamente y le pido los menús de ramen y le hago saber que también nos gustaría pedir una bebida. Él (enojado) dice que no podemos pedir ramen aquí y lo interrumpo para explicarle que su colega acaba de decir que sí. Se molesta mucho y comenta que no debería interrumpirlo y que él me lo estaba explicando. Pido disculpas y dice que solo se puede pedir en una de las dos mesas exteriores (ocupadas) debido al olor a ramen. Yo digo que no hay problema. Podemos movernos a ese banco vacío afuera y ordenar. Dice que es reservado. Renuncié a tener una conversación porque la actitud de todas las personas con las que hablamos fue terrible. Pedí un gerente, Mauricio, solo para compartir los comentarios para que alguien más no tuviera la misma experiencia que nosotros. Él escuchó, pero no ofreció ninguna solución y estuvo perfectamente de acuerdo con que nos fuéramos.

El arroz con cerdo no estaba muy rico. Fuimos a las 21 y ya no tenían ramen, pero entiendo que se manejan con otros horarios para la cena. Sin embargo el sushi entra en el top tres de los más ricos de mi vida.

Tiene una barra muy bonita. La comida esta buena y abundante en las porciones.

Dejó de ser lo que era. Antes, era uno de los mejores lugares para comer Ramen. Hoy ni siquiera lo pudimos probar. Llegamos a las 8 de la noche, nos dijeron que tendríamos que esperar 20 minutos en lo que podríamos ordenarlo… 40 minutos después nos volvieron a decir que en otros 20 minutos estaría listo. Ordenamos otra cosa, nada del otro mundo, makis convencionales que en cualquier sushiito podrías probar. La última decepción… tampoco hubo mochi de fresa.

Comimos el Rokai Miso y estaba DELICIOSO me quede con ganas de comer mas, muy recomendado!