Real Colegiata - León

Estábamos decepcionados con lo que ofrecían en el Barrio húmedo y el Barrio romántico, así que decidimos regresar y cenar en el hotel. ¡Qué sorpresa! Si quieres visitar este lugar sin reservar una habitación, ¡entonces este restaurante es la mejor opción! Nuestra comida estaba deliciosa, la sangría estaba bien y también pudimos probar el Tempranillo local. Nuestro camarero caballero fue impecable. ¡Todo esto a un precio más bajo que cualquier cosa que vimos en León!

Nos topamos con este restaurante mientras buscábamos un lugar para almorzar en León. El menú del día no estaba muy visible, pero decidimos probarlo. El ambiente era encantador, un poco tranquilo, pero el menú del día de tres platos era excelente y el personal era encantador. Probé la sopa de champiñones más deliciosa que he tenido, luego disfrutamos de un pescado al horno con verduras maravillosamente cocinado como plato principal, seguido de un fabuloso pudín de fondant de chocolate caliente, todo un hallazgo en España... El vino, el agua y el pan estaban incluidos, dejaron la botella de vino en nuestra mesa, así que nos permitimos tomar un poco más de una copa. Todo por €18 por persona. Una experiencia sorprendentemente agradable.

Estupenda relación calidad/precio. Marco excelente, temperatura muy adecuada. Menú excepcional, carta muy acertada.

Comida de trabajo. Me sorprendió el lugar, un antiguo claustro de monjas en el centro de León. El lugar es muy bonito. En cuanto a la comida, muy buena calidad a un precio normal, incluso barato si lo comparas con otros restaurantes en otras ciudades. Los platos muy elaborados y muy bien presentados. El servicio estupendo. Volvería sin duda

Fuimos a comer tres personas, además del menú del día, nos ofrecieron patatas con pulpo. Uno de nosotros les pidió y le sirvieron lo que quedaba, con unas cuantas patatas y el pulpo imaginado. Creo que cuando no hay necesidad de servir un plato como se debe no debería ofrecerse. El cachopo estaba muy hecho, la carne parecía la suela de un zapato. Los raviolis, dorados y las natillas estaban muy ricas.