La Posada - Salamanca

Un lugar espectacular para tomar tapas o comer en Salamanca, y es la verdad que es complicado distinguir y elegir entre tantas opciones tan buenas. Quizás menos conocido que el Bambú o la Taberna Cervantes, pero está en un lugar muy bonito, la plaza de Santa Eulalia, y todas las tapas que te sirven son increíbles y todas acompañadas de los mejores caldos de castaña y de León.

Por la noche decidimos cenar en la posada, mi hijo, mi esposa y yo, la cocina era aceptable, aunque nada del otro mundo. El servicio fue terrible: cuando mi hijo había terminado el primer plato hacía diez minutos, nos sirvieron a nosotros. El segundo plato que nos ofrecieron era una paleta de cordero y un tostón que, según nos dijeron, acababan de asar. Mi esposa pidió el lanzamiento, y las otras carnes. Cuando nos traen los segundos, y solo en ese momento, nos dicen que tienen un problema y que lo más rápido es pedir una paleta de cordero. En fin, una desesperación y un compromiso para que en una noche tan señalada no podamos cenar juntos. No pedimos postre.

El restaurante está en Salamanca. Este excelente y recomendado restaurante te ofrece los mejores servicios. Tiene una de las cocinas más completas desde un punto de vista nutricional y agradable. Su personal es amable, te hacen sentir como en casa. Su ambiente es agradable y cálido. La comida es muy recomendada y exquisita. La mejor elección para pasar un buen rato.

Espectacular sitio para tomar tapas o comer en Salamanca, y esto la verdad es que es complicado distinguir y elegir entre tanto bueno. Quizás menos conocido que el Bambú o la taberna Cervantes pero esta en una placita muy agradable, La Plaza de Santa Eulalia , y todas las tapas que te ponen son increíbles y todo regado con los mejores caldos de Castilla y León.

El día de nochevieja decidimos cenar en la Posada, mi hijo, mi mujer y yo, la cocina fue aceptable, aunque nada del otro mundo. El servicio pésimo: cuando mi hijo hacia diez minutos que había acabado el primer plato, entonces sirvieron los nuestros. De segundo se nos ofreció paletilla de cordero y tostón que, según nos dijeron, acababan de asar. Mi mujer pidió tostón, los demás otras carnes. Cuando nos traen los segundos, y solo en ese momento, nos dicen que no les queda tostón y que lo más rápido es que pida paletilla de cordero. En fin, un despropósito y un empeño para que en una noche tan señalada no pudiéramos cenar juntos. No pedimos ni postre. Eso si, el camarero se disculpó varias veces.