Urbano - Tunuyán

Palabras de mi esposa: "Me arrepiento mucho de haber perdido mi tiempo, de haber comido una comida horrible y de haber gastado dinero en algo detestable. ¿Por qué no escuchamos a Javier?" Tan pronto como mencioné a nuestro conductor que había reservado en Urban, él recomendó que no fuéramos. Una persona extremadamente conocedora de Mendoza y sus alrededores, sabe todo lo que sucede en todas las bodegas y me contó lo que estaba ocurriendo en O. Fournier. A pesar de todo, insistí porque era admirador de la historia de Ortega y allá fuimos. La construcción es preciosa, el tour como cualquier otro y el restaurante estaba abandonado. Desde la llegada al restaurante ya se siente una mala energía. Todo está descuidado, nada hecho con cariño, las mesas pintadas de negro se están descascarando, las sillas crujen, no hay ningún sonido ambiental y ninguna planta o decoración lo que lo hace casi insoportable estar allí. Todas las etapas del menú fueron pésimas, la comida sin alma, sin sabor e incluso los vinos, que son buenos, no estaban a la temperatura correcta. Conozco más de 30 bodegas en Mendoza y ya hemos almorzado en varias, sé que si conociera 100 más, esta seguiría siendo la peor. Lamentablemente tuvimos que pasar por esto para darle la razón a nuestro conductor. Antes de ir, averigüen un poco más sobre lo que está ocurriendo en esta bodega. ¡Quiero mi dinero de vuelta!

El restaurante es muy recomendado por su menú degustación de chef armonizado con vinos de la bodega. La comida es buena, pero no excepcional. El servicio es extremadamente confuso: cada camarero es responsable de un elemento - el aceite, el pan, los vinos, los entrantes: no funciona bien. Por el precio, no valió la pena.

No es solo un almuerzo maridado con vino. Es una experiencia para recordar toda la vida que incluye una vista fenomenal de la Cordillera, realzada por las enormes paredes de vidrio que hacen que el ambiente sea muy bonito y agradable, un servicio impecable y la alta calidad de los platos acompañados de excelentes vinos, que se van sirviendo a lo largo de la comida. ¡Un momento para recordar!

La mejor comida que tuvimos en Mendoza !! Simplemente, un restaurante extraordinario. ¡La comida es exquisita! Maridando con el mejor vino O Fournier (pedir por separado), tuvimos momentos increíbles !! Tanto por el vino como por la comida, vale la pena la visita.

Malisimo el menu, el plato fuerte era risoto a la naranja u osobuco. Feo.5 platos vergonzosos y el precio 750 pesos por persona mas el vino.Es una pena para Mendoza tener este tipo de servicio