Paladar La Colonial - Vinales

Después de una extenuante excursión al centro de la tierra en las cuevas de santa tomas, el hambre me había tomado el estómago y no quería soltarlo, así que fui... leer más Después de una extenuante excursión al centro de la tierra en las cuevas de santa tomas, el hambre me había tomado el estómago y no quería soltarlo, así que fuimos al pueblo de viñales, que es poco más que una hermosa calle con portales coloniales donde se ha desarrollado un emergente sector de restauración. Casi todas las casas que componen la calle, amplia, colorida y luminosa, están dedicadas a brindar servicio al turismo, ya sea con tiendas de souvenirs, bares o paladares, que es lo que los restaurantes que ofrecen comida casera y sencilla se llaman en cuba. Nos encontramos con el que nos ocupa en un gran lugar para ver, en las mesas del porche, el paso de la vida de la calle, así que cogimos una mesa con vistas. En el momento en que llegamos la cocina estaba a punto de cerrar, por lo que el propietario podría poco menos que ofrecernos lo que quedaba, varios platos de pasta con salsas para elegir y ensaladas. el hambre nos atormentaba así que pedimos algunos espagueti boloñeses y salsa de camarones para nosotros porque son grandes.) las raciones eran geniales, con mucho queso, servido en plato profundo y sabroso. Fue una pena no tener toda la carta para elegir, porque estoy seguro que el resto también lo fue. No suelo ser los que me dejan comer al aire libre, moscas y mosquitos, pero ese día milagrosamente no había ninguno, así que disfruté de mi comida con vistas a la vida de los viñales.

Después de una agotadora excursión al centro de la tierra en las Cuevas de Santo Tomás, el hambre me tenía cogido el estómago y no quería soltarlo, así que fuim... leer más Después de una agotadora excursión al centro de la tierra en las Cuevas de Santo Tomás, el hambre me tenía cogido el estómago y no quería soltarlo, así que fuimos al pueblito de Viñales, que es poco más que una preciosa calle con portales coloniales donde se ha desarrolLado un emergente sector de restauración. Casi todas las casas que conforman la calle, ancha, colorida y luminosa, están dedicadas a dar servicio al turismo, ya sea con tiendas de recuerdos, bares o paladares, que así es como se llaman en Cuba los restaurantes que ofrecen comida casera y sencilla. Encontramos el que nos ocupa en un lugar estupendo para ver, en sus mesas del porche, el transcurrir de la vida de la calle, por lo que cogimos una mesita con vistas. A la hora que llegamos la cocina estaba a punto de cerrar, por lo que el dueño pudo poco menos que ofrecernos lo que quedaba, varios platos de pasta con salsas a elegir y ensaladas. El hambre seguía atormentándonos así que pedimos unos espagueti boloñesa y con salsa de camarón gambas para nosotros porque son grandes). Las raciones fueron grandes, con mucho queso, servidas en plato hondo y sabrosas. Fue una pena no tener toda la carta a elegir, porque seguro que el resto también lo era. No suelo ser de los que me gustan comer al aire libre, por las moscas y los mosquitos, pero ese día milagrosamente no había ninguna, así que disfruté de mi comida con vistas a la vida de Viñales.