"Edito tras la respuesta del propietario, porque parece que no ha leído lo que he puesto. ¿Dónde están las opciones que él dice que nos comentó? Literalmente: Lo siento, soy celíaca, ¿tienen pan sin gluten? Respuesta: No. Lo siento, pero de los entrantes no puedo comer ninguno, ¿tienen opciones sin gluten? Respuesta: No. Lo siento, la tarta lleva gluten, ¿tienen alguna opción sin gluten? Respuesta: No. La única opción que se nos ofreció fue no comer nada, y eso es lo que ocurrió. Comprendemos que en ese día estáis desbordados, motivo por el cual a la familia que lo organizó no le dijimos nada, le dijimos que todo iba bien. Pero cuando un camarero se limita a no ponerte el plato y a decirte que no hay nada apto, ¿qué otra opción hay? ¿No es lógico que ofrezcan algo más? No tiene más que pasarse por mi perfil para ver que prácticamente siempre voto positivo, y que agradezco muchísimo cualquier pequeño gesto, cualquier adaptación, pero eso no fue lo que ocurrió. Llámele desbordado, llámele error, llámele como quiera, pero en ningún momento se nos ofreció ninguna opción. Precisamente, el hecho de no comunicar que el pescado estaba malo fue para no saturar más al personal. Pero le repito, no se nos ofreció ninguna opción, el camarero se limitaba a no poner la comida, se marchaba y cuando se le preguntaba, decía que lo sentía pero no había nada. Todos los comensales de dicha mesa lo vieron, y todos podrían decir lo mismo que yo. Lo siento, soy la primera a la que le incomoda tener que hacer estos comentarios, pero las alergias alimentarias no son ninguna moda ni ningún capricho, y por ley un restaurante debe ofrecer una atención acorde a ello.Lamentable. Fuimos invitados a una comunión en la que nos aseguraron que habría comida para uno de nosotros que es celiaco y alérgico a la leche (avisando con bastante antelación). No comió absolutamente nada, pero NADA. Cuando sirvieron el pan, le dijimos que tenía que ser sin gluten y nos dijeron que no había. Los entrantes, no eran aptos ninguno. Al preguntar si había algo sin gluten, dijeron que no, y se fueron sin ofrecer nada más. El plato principal no era apto, así que lo cambiaron por un pez espada QUE ESTABA PODRIDO. Lo tuvimos que tirar casi vomitando. El postre, lo mismo, trajeron otra vez la tarta y al preguntar si había algo sin gluten, dijeron que no, y dejaron el plato vacío. Una auténtica vergüenza, una falta de respeto y un delito contra la salud pública. Para una persona alérgica, es muy incómodo ir a un sitio con la inseguridad de la comida, y si además el trato recibido es este... La impotencia que sentimos es tan grande, que tardaremos en olvidar este bochorno. Nadie se merece pasar por un mal trago así."