Havre 77 - Cuauhtémoc

La verdad es un lugar pequeño que pretende ser francés pero no está ni cerca. El lugar está pensando para 4 personas por mesa pero hay gente que sin importar incomodar llega con un grupo de 8 dejando un mal sabor de boca con la gente si quieres quedar bien con alguien por fa no vayas. La comida no es lo mejor que haya probado así que puedes vivir sin haber visitado este lugar.

Como otros críticos, yo también leí sobre el Chef en un artículo del New York Times y decidí intentarlo. Llamé con anticipación para ver si me llevarían a almorzar tarde (cerca de la hora límite) y la voz del teléfono me pidió con entusiasmo que fuera. Una vez allí, me sorprendió la actitud engreída de los camareros. Solo había dos mesas ocupadas, pero no me dieron la mesa que pedí. Continuamente sentí que no estaba a la altura de las expectativas de los camareros sobre mí, aunque eso cambió un poco cuando pedí una de sus mejores botellas de vino. La comida, tengo que decir, fue muy buena, bien presentada, creativa y muy sabrosa. Caro, sí, pero tampoco es de extrañar dado el nivel de la cocina y el chef. Unas semanas después lo intenté de nuevo y sucedió exactamente lo mismo. Bienvenida fría / distante, mismo problema con la mesa. ¿Por qué un restaurante medio lleno (o ni siquiera eso) trata de hacer que usted tenga la peor mesa disponible? Nuevamente, obtuve la actitud del Maitre´D y el camarero, y como mi compañero de almuerzo se estaba retrasando, tomé un trago rápido y salí rápido, para no volver nunca. Realmente una pena, porque la comida estuvo excelente la primera vez. PD: No, no soy uno de esos que se quejan del servicio, si revisas todas mis otras reseñas, verás que tiendo a ser relativamente fácil de entender.

La comida es buena, este y Maximo Bistrot, son los mejores restaurantes franceses de la Ciudad de México. Desafortunadamente, el servicio es terrible, las sillas y las mesas son incómodas y el precio del restaurante es alto. Cuando abrió, la comida era mucho mejor, ahora mismo es buena. Vaya a Máximo, comida similar, mucho mejor servicio y sabor.

Pues llegue por calificación y recomendación, me acabaron los moscos 5 minutos de haber llegado, no podía seguir comiendo pedí un vino y dos entradas y nos fuimos, el mesero dijo que así es y ni modo que pena pero no podían ni tenían nada para remediarlo.Pero bueno quitando a los intrusos el lugar lo manejan como de lujo y para nada la gente de jeans y tenis, las copas muy x, las mesas incómodas y la decoración muy rústica, mala iluminación y los meseros también de jeans y tenis. Lo siento no regreso ni lo recomiendo.

Aquí vas a comer cocina francesa bastante buena. Incluso mejor que el promedio del restaurante francés en la Ciudad de México. Pero tampoco es nada espectacular. Sin embargo, lo correcto de sus platos es totalmente eclipsado por los efectos de dos decisiones de la gerencia:La primera es la densidad de mesas por metro cuadrado. Este es un lugar pequeño, muy pequeño. Al meter la cantidad de mesas que decidieron los clientes terminan comiendo en un espacio reducido y, al llenarse el restaurante, francamente claustrofóbico. La segunda es darse pensarse como restaurante de lujo. Entendamos bien que este es un buen restaurante pero no es nada del otro mundo ni en cocina, decoración, amenidades, coctelería, etc. Sin embargo, el servicio en general te trata como si lo fuera. Un ejemplo: nuestro grupo era de 6 personas; nos apretaron en una mesa para cuatro... hasta aquí ok, al fin y al cabo aceptamos. Pero al bajar al baño, nos damos cuenta de que había una mesa para seis en un salón aparte. Sin usarse. No hubiera costado nada de trabajo a la gerencia hacer uso de ella. Pero decidió no hacerlo. En fin. En Havre 77 comes francés correcto, con buena carta de vinos, un espacio apretado y muy mal servicio. No repito.