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Evaluaciones
Contribuir a la retroalimentaciónLas reseñas para este restaurante son mixtas, con algunos comensales decepcionados por la calidad de la comida, mientras que otros elogiaron la autenticidad de los platos colombianos y la hospitalidad del personal. El ambiente es acogedor, con una decoración estilo abuelas y un servicio amable y eficiente. Algunos resaltaron la belleza de la vajilla negra colombiana y la oportunidad de experimentar la cocina tradicional del Eje Cafetero. A pesar de algunas críticas, varios visitantes planean regresar al restaurante en su próxima visita a Salento, una ciudad encantadora y pintoresca que vale la pena explorar.
Probamos unos platillos colombianos auténticos muy buenos, todos servidos en hermosa cerámica negra colombiana. El ambiente en el restaurante es acogedor e informativo, la decoración es de estilo abuela con utensilios del área del café. Si te gusta, puedes sentarte en sacos de café como lo hacían en tiempos antiguos. Puedes visitar dos salas decoradas al estilo de la abuela, por lo tanto el museo. Te recomendamos visitar este restaurante.
Fuimos a este restaurante y pensamos que sería bastante agradable, desafortunadamente nos equivocamos. Pedimos sopa de mondongo y una bandeja paisa, cuando la comida llegó, quedamos muy decepcionados ya que la sopa estaba demasiado salada y la bandeja tenía demasiado arroz (aproximadamente 3/4 del plato). El servicio fue genial, pero desafortunadamente no compensó la mala calidad de la comida.
Los cinco de nosotros chillamos de emoción por cenar en el balcón de esta casa restaurada original. Fueron muy atentos y la comida estaba buena. A mi esposa le encantó la trucha.
My experience was really good because they have a good alternative for their breakfast, they can see how is the traditional cooking and people of eje cafetero of Colombian and enhoy a beautiful momento for their day in salento to start. really recommended!
We were visiting Salento for a few hours and found a promoter on the street who pointed us towards his restaurant. We were so hungry that we followed his advice, but mostly because he offered us a bed to sleep a siesta after our lunch...8,D!...The restaurante is on a second level and is set up as a local home with bedrooms and living rooms. It felt like being in a private kitchen actually. We ordered the sancocho de gallina which was plain splendid, and quite plentiful. The service is friendly and efficient, young people with a happy demeanor. We will definitely try to eat there again next time we visit Salento, which by the way is a lovely, picturesque town. It is a definite must if you stop by Salento.