Marixa - Laguardia

Restaurante justo fuera de las murallas de Laguardia, con vistas espectaculares del valle circundante. Nuestro camarero era un miembro de cuarta generación de la familia (del hotel y restaurante) y su entusiasmo era contagioso... aunque debes estar preparado para usar tu teléfono para ayudar con la traducción. La comida era de estilo casero regional de alta calidad y todo lo que probamos fue excelente. Precios moderados.

Ambiente y vistas magníficas. Servicio amable y profesional. Cocina honesta y productos de calidad. Probablemente la mejor menestra, pimientos del piquillo asados y becasse en España. Vale la pena una visita y una comida.

Experiencia pésima. En primer lugar, una trabajadora que estaba captando clientes nos recomendó el lugar e intentó vender el menú de 26€ única opción de menú que según ella estaba disponible, ningún otro menú se iba a servir ese día según lo que nos informó , pero como no teníamos demasiada hambre le preguntamos si había posibilidad de pedir platos sueltos de la carta; a lo que nos contestó que sí. Finalmente nos decidimos por entrar. Pedimos un plato de espárragos como entrante y dos menestras y unas pencas gratinadas, al ver nuestra comanda, el camarero nos contestó de malas formas y nosotros le explicamos que nos habían dicho que no había problema en pedir platos sueltos de la carta, a lo que nos contestó con con una expresión maleducada que sí que ibamos a ir ligeros . A partir de ahí, nos sirvieron con desgana y mala educación. Pero eso no fue todo, sino a que a una mesa de al lado, preguntaron por un menú de 15€ que a nosotros nos dijeron que no estaba asequible, pero el camarero no dudó en servirlo. Esto es una muestra más de la mala descorrdinación ya que no se ponen de acuerdo ni en lo que tienen que vender. Además no entendimos la desgana ni el desprecio con el que nos sirvieron teniendo en cuenta que a las 14h tenían el comedor vacío. La comida estaba buena pero no merece la pena por el trato y por el precio. Nunca se nos ocurriría volver. A terrible experience. First of all, a worker who was recruiting customers recommended the place and tried to sell us the 26€ menu the only menu option she said was available, no other menu was going to be served that day according to what she told us , but as we were not very hungry we asked her if we could order individual dishes from the menu; to which she said yes. We finally decided to go in. We ordered a asparagus as a starter and two menestras and pencas au gratin. When the waiter saw our order, he answered us rudely and we explained that we had been told that there was no problem in ordering individual dishes from the menu, to which he replied with a rude expression that yes, we were going to go light . From then on, we were served with reluctance and rudeness. But that wasn 't all. Customers of the table next to us asked for a menu for 15€, which we were told was not affordable, but the waiter didn 't hesitate to serve it. This is just another example of the bad management, as they don 't even agree on what they have to sell. We also did not understand the reluctance and disdain with which we were served considering that at 14h the dining room was empty. The food was good but not worth it for the treatment and the price. We would never think of going back.

He estado viniendo a este maravilloso restaurante durante más de 50 años. La bienvenida, la comida y la vista luchan por la supremacía en mi mente. Una pregunta sincera sobre mi salud y luego la decisión sobre qué comer. Simplemente me encantan las Pochas, que son judías blancas en una salsa de tomate y ajo con trozos de jamón. Dos platos y hay que esperar un rato antes de atacar las Chuletas de cordero amontonadas en un plato, todo regado con un glorioso Rioja, ya que este pueblo se encuentra justo en la región. El cordero es tan bueno, rosado y jugoso. La lista de vinos es un tesoro, ya que todas las grandes Bodegas están listadas, especialmente las Reservas y Gran Reservas. Por cierto, las botellas de Rioja envueltas en malla metálica no son solo para decoración. Es para evitar que los taberneros del pasado beban los grandes vinos y rellenen la botella con basura. Es imposible sacar el corcho sin romper la malla metálica. Solo se puede poner a mano. Finalmente, la vista desde el restaurante es más que fabulosa. Se pueden ver pueblos pequeños dispersos por el paisaje mientras el río Oja serpentea alrededor de los pequeños cerros. Pero toda la escena está dominada por el trasfondo de las poderosas Montañas Cántabras que protegen la región de Rioja de la influencia atlántica. El nombre del río Oja y el río da el nombre de Rioja. Siempre reserva y pide la mesa de la esquina que te da una vista de dos lados que realmente quita el aliento. Y si vas en primavera, las cigüeñas están construyendo sus nidos en los techos antiguos. Los lugareños creen que el regreso de las cigüeñas promete una gran cosecha de uvas. Siempre este hotel es un buen lugar para alojarse. Las camas un poco duras pero ¿a quién le importa con la vista increíble?

Fuimos por aquí a pasar una noche. El lugar es típico riojano, y las habitaciones no estaban mal aunque nada reseñable. Sí es cierto que pasamos bastante frío, y aunque la estufa estuviese puesta no calentaba suficiente en la habitación. Algo que deberían cambiar, es fijar la tele mejor porque chocaba con la puerta del armario corredero, y la ducha estaba rota por lo que salía el agua por los dos sitios y no se podía elegir uno de ellos en concreto. Bien es cierto que tenía una terraza muy maja y unas vistas preciosas.