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Contribuir a la retroalimentación Qué le gusta a Mla travelling de Astor:
Muy buen servicio, quien nos atendió estuvo siempre atento y nos recomendó bien, de hecho acabamos pidiendo más. Muy buenos entrantes , y el plato principal estupendo, solomillo, costillar , entrecot , la carne muy buena. Acabamos con chupitos y nos dejó las botellas para que siguiéramos la fiesta Ver todas las opiniones.
Lo que no le gusta a josemanuel55 de Astor:
Comenzamos con una atención impecable por parte de Lidia y sus colegas. Nos explicaron todos los platos y nos ayudaron a elegir, superando cualquier obstáculo. La comida era lo que hoy se conoce como fusión, pero yo la llamaría creativa, con base en lo que siempre hemos comido. Salimos muy satisfechos y a precios razonables. Ver todas las opiniones.
Comenzamos con una atención impecable por parte de Lidia y sus colegas. Nos explicaron todos los platos y nos ayudaron a elegir, superando cualquier obstáculo. La comida era lo que hoy se conoce como fusión, pero yo la llamaría creativa, con base en lo que siempre hemos comido. Salimos muy satisfechos y a precios razonables.
Top como siempre!!! Pidas lo que pidas siempre es de 10. Ambiente de 10. Servicio de 10. No se falla con este restaurante, siempre un acierto.
Ir a almorzar o cenar en un restaurante abarca un conjunto de sensaciones que van más allá de lo gastronómico. El placer de sentarse con amigos para compartir es mucho mayor si se acompaña del ambiente adecuado. En el Astor se mezclan con maestría los ingredientes para que esto suceda tanto dentro como fuera de la cocina. ¡Felicidades! Ubicación: en La Latina, a unos 5 minutos a pie de la plaza principal. Nada más entrar se respira un ambiente relajado, con muy buena música a un volumen perfecto para escucharla de fondo sin molestar las conversaciones. Muy acogedor, cálido, con encanto. La mesa preparada con camarera, con muchos detalles que te hacen entender que aquí, los clientes son muy mimados. No soy cliente habitual porque vivo en BCN, pero por supuesto planeo escaparme de vez en cuando y disfrutar. Servicio: son muy amables. Una pareja, él argentino y ella de Valladolid, muy simpáticos. Nos aconsejaron estupendamente. Saben perfectamente qué sirven y cómo se prepara cada plato. Todo muy profesional. Comida: tres personas para compartir los platos: jamón crujiente sobre puré de guisantes, ceviche frito de mariscos, pasta de cazón en salsa de trufa negra, ojo de bife al punto, helado artesanal, brownie, 1 botella de vino tinto El Hombre Bala, 2 copas y un café que nos dieron unos cócteles muy buenos.
Pequeño restaurante, cocina de fusión, no sé, entre peruana, japonesa y quizás argentina, es casi mejor pasar por alto las etiquetas y probar. Ceviche frito, que vale la pena aunque me llevó a la decepción porque esperaba otro sabor más intenso, asociado con el recuerdo del ceviche, no es por eso menos bueno, es como un bienmesabe por fuera, pero más sutil, más elegante en sabor. Pensé que era una buena llegada para ir un poco menos. Luego probamos el char siu, es un estofado de panceta, es decir, suave, no esperes una panceta crujiente, en plata, me encantó, no solo los toques de especias orientales, sino también la textura de la carne que no era difícil y el daddy choi que lo acompañaba en el fondo muy bueno y en su punto de cocción. El servicio bien en general, el jefe de sala muy profesional, serio. En resumen, una experiencia más que agradable, cocina muy interesante y que tendremos que seguir probando, ¡repetiremos! Algunas críticas. porque diría que mejorar la ventilación del local, sales oliendo un poco a comida, porque supongo que son las parrillas, pero muy poco, no está exagerado, es solo una crítica constructiva pequeña, para decir algo, que no todo serán halagos, si no, no sería real. ¡Felicidades!
Muy buen servicio, quien nos atendió estuvo siempre atento y nos recomendó bien, de hecho acabamos pidiendo más. Muy buenos entrantes , y el plato principal estupendo, solomillo, costillar , entrecot , la carne muy buena. Acabamos con chupitos y nos dejó las botellas para que siguiéramos la fiesta