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Evaluaciones
Contribuir a la retroalimentaciónEn un encantador restaurante ubicado en una antigua casa de campo, la experiencia gastronómica es, en general, positiva gracias a la calidad y cantidad de sus platos. Aunque los menús y las opciones a la carta suelen ser elogiados por su exquisitez y relación calidad-precio, algunos comensales han reportado demoras significativas y un servicio al cliente deficiente, con actitudes groseras de los camareros. El ambiente puede verse afectado por la presencia de moscas, especialmente en el área de pintxos. Sin embargo, la amabilidad de ciertos empleados y la posibilidad de disfrutar de la comida en una hermosa terraza a menudo compensan estos inconvenientes.
El servicio fue realmente grosero y los camareros deberían ser más educados. La comida estuvo pobre, supongo que los platos fueron hechos con las sobras del día anterior. Los postres fueron promedio.
Lamentablemente no puedo darle a este restaurante una mejor reseña cuando nuestro camarero fue tan grosero que nos dejó un sabor amargo. Nos detuvimos aquí en nuestro camino a San Sebastián. Solo queríamos algo ligero para comer. Así que nos quedamos en el área del bar del restaurante, en la entrada de éste. Comimos de pie en la barra. Nuestros pintxos estaban bien. El lugar estaba lleno de moscas y como en el País Vasco tienen sus pintxos en la barra descubiertos, las moscas estaban en los pintxos.
El servicio fue realmente grosero y los camareros deberían ser más amables. La comida fue pobre, supongo que los platos fueron hechos con las sobras del día anterior. Postres promedio.
Comida tradicional, casera y de muy buena calidad; ambiente acogedor, servicio amable, raciones correctas y precio acorde a todo lo anterior. En conclusión: Totalmente recomendable!
Comida casera y muy bien cocinada. El menú del día tiene platos variados, ricos y abundantes . El servicio es atento y rápido. La relación calidad/precio estupenda. Muy aconsejable . Amplio aparcamiento