Cuando piensas en la época navideña, te vienen a la mente varias cosas: la corona de adviento, las velas, el aroma de las galletas, las estrellas de canela, el mazapán y el pan de jengibre, pero hay algo que no puede faltar... Spekulatius: ¡las galletas con especias!
En Alemania puedes encontrarlo, junto con todos los demás dulces navideños, en las estanterías ya en otoño. En los Países Bajos y Bélgica, no se come hasta San Nicolás. Los Países Bajos, al igual que Bélgica, también se consideran responsables del origen de este pastelito. Sin embargo, algunas regiones alemanas, como el Bajo Rin y Westfalia -cuya proximidad geográfica con los Países Bajos o Bélgica es ciertamente un hecho- también informan de que las galletas especiadas se inventaron allí.
En Alemania se consumen con mayor frecuencia las galletas especiadas, que obtienen su sabor único de la ya mencionada masa quebrada, el cardamomo, el clavo y la canela. Además, existen las galletas especiadas de mantequilla, que obviamente utilizan una cantidad mucho mayor de mantequilla, y las galletas especiadas de almendra, cuya parte inferior está decorada con astillas de almendra y en cuya elaboración se utiliza harina de almendra.
En los Países Bajos y Bélgica, se añade una nota de caramelo a las galletas especiadas, similar a las pequeñas galletas que siempre se sirven con las bebidas calientes en un café.
Las galletas con especias siempre se hornean en un molde y se les pone un motivo. Los motivos más comunes en este país son el molino de viento, el elefante, la casa y el barco. Pero también puedes encontrar personas, muñecos de nieve y todo tipo de formas imaginativas en el plato.