La primera pizza en el sentido actual o más amplio ya se elaboraba en el siglo XVIII. En aquella época sólo se cubría con aceite de oliva, tomates, orégano o incluso albahaca, pero sin duda debe considerarse la primera pizza o quizá el primer pan de pizza.
La primera pizza de queso y tomate, también conocida como Margherita, pudo disfrutarse probablemente en Nápoles a finales del siglo XIX. Después, se añadieron a la pizza más y más ingredientes diferentes -algunos intencionados, otros ciertamente bastante experimentales-, de modo que hoy ya estamos casi abrumados por una selección normal en una pizzería normal.