Todo empezó en la Edad de Piedra, cuando se preparaban estos platos líquidos y parcialmente blandos. En aquella época, todavía no había cucharas, pero aun así, algunos de estos platos llegaron a las publicaciones de Instagram de hoy y a la mesa del desayuno. Las gachas, por ejemplo, son una variante de exactamente uno de estos inventos: las gachas de cereales. Otros caldos con una gran variedad de ingredientes también han llegado a los menús del hombre primitivo.
Según los arqueólogos, las primeras sopas de cuencos pudieron comerse hace casi 5000 años. Ya entonces se enriquecían con
panbolas de masa o pasteles planos. Por tanto, apenas hay diferencias con la actualidad.
Por supuesto, hay que admitir que la sopa también ha sufrido cierta evolución a lo largo de los años, desde la Edad Media hasta los tiempos modernos. Además del refinamiento del sabor, se han añadido una y otra vez nuevas y a veces disparatadas ideas. Algunas de ellas pueden encontrarse todavía hoy en el plato.