Sin embargo, hay una serie de opciones, sobre todo en el ámbito de las sustancias naturales, que pueden utilizarse para minimizar las reacciones del organismo a los alérgenos. Esto supone un alivio en la vida cotidiana. Una de estas opciones es el comino negro, una planta originaria del sur de Europa y Asia Central. El efecto antialérgico del comino negro se conoce en estas regiones desde hace siglos. Se dice que el aceite de comino negro ayuda con las alergias al polen, la fiebre del heno en general y el asma.
Para los alérgicos cápsulas de aceite de comino negro son especialmente prácticas. Los fabricantes especializados en este tipo de productos las venden actualmente. Las cápsulas son prácticas porque son compactas y suministran una dosis alta al mismo tiempo. Esto significa que las cápsulas están siempre contigo, ya sea de vacaciones o en un restaurante. Las cápsulas que contienen aceite de comino negro, en particular, aportan otras sustancias beneficiosas para la salud, como ácidos grasos omega-6.