Si piensas en lo que distingue a nuestra sociedad actual de la vida antes o poco después de las guerras mundiales, un gran cambio es sin duda la frecuencia con que la carne acaba en los platos de la gente. Mientras que antes la gente sólo comía carne una vez a la semana, ahora la mayoría incluye jamón, salchichas, filete u otra forma procesada de carne en sus comidas casi todos los días. Sin embargo, las cifras de consumo de carne por persona son aterradoras: por ejemplo, en España -según datos de 2003- se consumieron 121 kg de carne por persona. Le sigue de cerca América con 120,2 kg per cápita y año. Alemania está con 88,1 kg entre los 30 primeros.
Precisamente estas cifras son decisivas para que algunos traten el tema del consumo de carne y, sobre todo, de la producción. A raíz de este debate se han formado varios bandos en la sociedad:
- Consumidores de carne a los que no les importa nada
- Consumidores de carne que se interesan por cómo se produce la carne, pero por diversas razones no pueden prestarle atención al comprarla
- Consumidores de carne que sólo consumen productos procedentes de una producción sostenible y respetuosa con los animales (si se puede decir así)
- Vegetarianos por principio
- Vegetarianos por otras razones
- Veganos por principio
- Veganos por otras razones
Sin embargo, hay que decir honestamente que los primeros vegetarianos vivieron antes de Cristo, por lo que no debe considerarse un "movimiento de moda". Sin embargo, este artículo no pretende ser un debate político. Las primeras palabras sólo sirvieron como introducción y como ayuda para pensamientos e ideas posteriores. Hoy debería tratar sobre los vegetarianos. Principalmente sobre lo que quieren y pueden comer.