Sin invitados, no hay facturación, eso seguro. Encargando la comida por Internet, no sólo podemos ahorrar tiempo, divertirnos, ser perezosos y mucho más, sino que también podemos asegurarnos de que, después de todo este tiempo, podremos volver a pasear por la calle por la noche de camino a nuestro restaurante favorito.