La variante más famosa es probablemente la que ya conocemos de la lata: simplemente
salsa de tomate y carne picada. Similares, al menos en simplicidad, son probablemente los raviolis napolitanos. En este caso, la ricotta, el parmesano, el huevo y el perejil se mezclan en una masa, que luego se rellena en el cojín de pasta.
Un poco más elaborados, aunque con carne, son probablemente los
ravioli alla Genovese. Aquí, la ternera y el cerdo se mezclan con sesos de ternera y mollejas. A esto se le añade huevo, queso parmesano y pan rallado. El típico color verde genovés se debe a la adición de acelgas.
Para los amantes del pescado hay, por supuesto, una variante de raviolis. Aquí, además del pescado, se añaden espinacas y huevo. Para rematar, se añade un toque de nuez moscada. A veces también puedes encontrar marisco procesado o incluso
cangrejo.
Pero basta de hablar de carne y pescado. Las variantes vegetarianas más famosas son probablemente el raviolis de espinacas que, obviamente, utiliza espinacas. Aquí, a las espinacas se les añade ricotta y, como no podía ser de otra manera, también huevo y parmesano. Además, aquí la nuez moscada redondea el placer. Además, existe la versión de raviolis en ayunas: Ravioli di magro. Aquí sólo se utilizan verduras para el relleno.
Además del relleno, por supuesto también puedes variar las salsas. No hay límites para la imaginación.